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Handspun! Oh My!

Después de varios directos esta semana hablando de las maravillas del hilado y la lana idem, tenéis que estar un poco hasta el moño de mi gran obsesión más allá del tejido. Porque hay cierto encanto en la cadencia de los pedales, en el control, o descontrol, que puedes conseguir en el producto final que sale de la bobina. Porque muchas veces mi hilado tiene objetivo definido y sé lo que va a ser antes incluso de preparar la fibra. Otras veces una trenza o un batt cae en mis manos y ya sé lo que voy a hacer. ¡O la inspiración nace cuando ya estoy apunto de plegar el hilo!

Otras veces, esa sensación de propiedad no aparece en ningún momento del proceso, pero sí la necesidad de convertirlo en hilo, en alguna clase de hilo, ya sea un fino lace o un aran esponjoso. Hilar por el mero placer de sentir la fibra deslizarse entre mis dedos. En todas las madejas dejo algo de mí, pero algunas sé que no son mías para tejerlas.

Durante años he tenido madejas hiladas a la venta, pero dejé de ponerlas en la antigua tienda por los gastos que suponían. Ahora, con una tienda mejor controlada por mí, he decidido ir subiendo algunas de las que ya tengo hiladas, y con el tiempo irán apareciendo otras de vez en cuando.

Además, si tienes curiosidad por tejer con una lana hilada a mano, pero ninguna de las madejas que he subido se ajustan a los que quieres, puedes ponerte en contacto conmigo vía el formulario de la web, o los mensajes de Instagram o Whatsapp y encargarme una que se ajuste exactamente a lo que buscas o necesitas.

Lanas Hiladas a mano en la tienda
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Lanas discontinuas

Soy una persona que disfruto muchísimo a la hora de teñir y experimentar. Experimento mucho con los colores, y hace tiempo que caí presa de la afición por el colorido vivo y algo loco. Me gusta también experimentar con las bases, ya que no todas las fibras se comportan igual con los tintes. A lo largo de los años, desde que empecé a teñirme las trenzas de fibra para hilar, hasta que hace dos años empecé a vender mis madejas más en serio por mis manos ha pasado todo tipo de bases, tanto animales como vegetales.

Confieso que el Merino es mi base favorita, por su capacidad de adaptarse a lo que sea que le pida con los colores. Y que el Tencel ha sido una sorpresa muy grata por el precioso brillo sedoso que ha desarrollado después de teñirlo y que no era tan evidente en la madeja natural.

Con el tiempo he ido dejando atrás algunas de las bases con las que he trabajado y aún me quedan algunas madejas sueltas de las Sock o de las Worsted Mecha que de momento no voy a volver a teñir, pero que pueden volver a hacer acto de aparición dentro de un tiempo.

Podrás encontrar estas lanas discontinuas en la tienda.

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El calibre de la lana no muerde

Esta es una entrada de mi antiguo blog. Seis años tiene. Y creo que todavía sigue vigente, si bien, gracias a Internet, las cosas van cambiando y hay sitios en los que no te miran raro cuando pides lana Fingering. 

 

 

Esta que viste y descalza (que hace calor), que aunque aprendió a hacer el punto del derecho con su abuela, que hasta hace dos años pensaba que solo había una manera de montar puntos y otra de cerrarlos… es autodidacta casi al 95% (el 5% base se lo cedemos a mi abuela)…Autodidacta anglófona para más inri. ¿Esto que significa? Que aprendí a hacer punto por internet…. y que la inmensa mayoría de los patrones están en inglés… y como el idioma del Bardo Divino me gusta, me entretiene y nos llevamos bastante bien, pa qué iba yo a mirar nada en castellano!!

 

Así que… ignorante de la idiosincrasia propia del punto patrio, con la cabeza llena de términos en inglés (no me pidas que te diga en castellano ssk, antes reviento intentándolo) allí que me fui a la pequeña tienda de lanas de mi pueblo. Una tienda donde me dejan sobras las madejas a mi gusto! Total que iba yo con una idea metida entre ceja y ceja (creo recordar que era un chal, uno de los primeros), y como buena chica me había apuntado que necesitaba unos 400ms de lana fingering. Que así, a ojo de buen cubero, sabía que era algo más gordita que lace, pero más delgadita que DK y que normalmente se utiliza para calcetines (normalmente, ni solo, ni siempre).

 

Allí que voy yo y pido una lana finita, fingering si puede ser. Y ahí fue, cuando me dí cuenta, que la generación anterior a la mía, en este país, además de mirarme raro por no utilizar agujas sobaqueras (eso lo explicaré otro día), no solo no mide los proyectos por metros como yo me había acostumbrado… sino que lo hace por peso, o por ovillos… y que eso de los calibres es lo más parecido al chino mandarín, a menos que lo digas con el número de aguja, pero los fans del lace (la técnica, no el calibre) sabemos que el número de aguja es algo muuuuuy relativo.

 

Me consta que muchas de las marcas suelen especificar, en algunas de su lineas, el calibre. Pero, para muestra un botón, os explico como se pueden diferenciar echando virutas. Coges un palito de madera de helado y en él marcas una pulgada (2’5cm), con cuidado de que no esté demasiado tenso, ni demasiado flojo enrollas un trozo de la lana de la que quieres saber el calibre alrededor del palo dentro de esos 2’5cm. Y cuentas cuantas vueltas de lana hay. Eso es lo que los angloparlantes llaman WPI (Wraps per inch, vueltas por pulgada). Y así, las equivalencias de calibres serían las siguientes:

 

  • Lace , 18 (o más) WPI, alrededor de 600-800ms/100gr.
  • Fingering, 14 WPI, 400-450m/100gr.
  • Sport, 12 WPI, 300-400m/100gr
  • DK, 11 WPI, 300-250m/100gr
  • Worsted / Aran, 9 WPI, 200-240m/100gr
  • Bulky / Chunky, 7 WPI, 100-120m/100gr
  • Superbulky / Superchunky, 5-6 WPI, menos de 100ms/100gr.

 

Evidentemente, esto no es algo rígido, porque no se mide al micrón, y al final llega un momento en el que tienes el calibre hecho a ojo (yo utilizo mis dedos como referencia!). Además, hay nomenclaturas que pueden variar, calibres intermedios como el light fingering que está entre el Lace y el Fingering, o el Sock, entre el Sport y el DK, o hilos mucho más finos que el lace como el Cobweb o Thread.

 

Como no se si todo el mundo estará cómodo liándose lana en los dedos… La absoluta mayoría de los ovillos de marcas comerciales que se venden en España suelen tener puesto el metrage así que es fácil traducir el calibre utilizando el Xms/Xgr.

 

Así que desde hace un tiempo a esta parte… más que preguntar… mironeo etiquetas… y así no tenemos sustos. Y la nomenclatura la dejo para cuando escribo patrones, o tengo que especificar el calibre de mi propia lana hilada a mano.